Les cuento rápidamente las cosas que más me han gustado de Japón:
- ¡el agua es potable! A todos lados llevo mi botella y la puedo llenar en cualquier baño. Tomo agua del lavabo.
- ¡la seguridad! En el metro, a cualquier hora, está la gente trabajando en sus laptops, con sus iPods, sus bolsas caras y no pasa nada. Ok, me dirán que es porque todos disfrutan de los mismos privilegios. El hecho es que se trata más bien de una cultura de respeto mutuo. Al respetar al otro, me respeto a mí. Por ejemplo, el otro día perdí el estuche de mi cámara y me dormí muy tranquila sabiendo que al día siguiente estaría en las cosas perdidas. Así fue. Éste es un aspecto que realmente hace funcionar todo mejor. Como alguna vez dijo Carlos Kasuga (Director de Yakult en México) en una conferencia "si no es tuyo, es de alguien más". En Japón se ven cositas tiradas y olvidadas por todos lados; pero la gente no las toma, por si regresa su dueño. Increíble.
- lo verde. Todo es verde, verde que te quiero verde. Les encanta la naturaleza y la cuidan mucho.
- las bicis. La bici es esencial en este país. Yo tengo una en la Universidad, en Kyoto. Lo malo es que no usan casco porque son muy hábiles. Uno puede ver a una abuelita a toda velocidad, con un paraguas en una mano y la otra al volante. A mí me falta destreza; pero no ganas.
- ¡los japoneses! Son realmente hermosos. Mujeres y hombres por igual. Son muy delgados, altos, se ven más jóvenes de lo que son, les encanta verse fashion: cabello, ropa, zapatos, todo tiene una intención. Por cierto, usan playeras con mensajes en inglés y yo apunto los que me gustan. Éste, por ejemplo: "life is short, celebrate early".
Ahora estoy escuchando Badly Drowned Boy. Les escribo mañana para contarles cómo estuvo la visita con esta familia. Prometo portarme bien.