Hoy falta un mes para que esté de regreso en México. Cuenta regresiva. El tiempo vuela. Estoy tomando fotos de todo e intento observar con más cuidado. Regreso al blogg.
Tres cosas avanzaron:
Por fin quedó la reservación para el aniversario de Mó y Harvey en Kananaskis. Fue una sorpresa medio trochona, pero quedó.
Terminé las tarjetas de Elena San, que es un cliente muuuy especial y le gustaron.
Y terminé un anillo en Rhino, que estoy aprendiendo en forma autodidacta. Los bocetos de mi joyería van bien.
Caminé en la Universidad observando las caras de tanta gente, las playeras con mensajes, la comida. tomé muchas fotos. Comí uno de mis platillos favoritos: hamburguesa con jitomate y lechuga. Sin pan.
La clase de japo estuvo divertida. Vimos una forma nueva: shi y mo. Repasamos suguimasu.
Hoy fui a un taller a pegarle la canasta a mi bici, que se desarmó. Los muchachos fueron muy amables y hasta me regalaron un té embotellado. me llamó la atención que había de todo como cualquier taller, pero, a diferencia de los de México, no había pósters de chicas semi o encueradas. En la noche desarmé por primera vez mi bicicleta porque aun pienso darle la vuelta al lago Biwa -el más grande de Japón-con ella. León san me ayudó. Descubrimos que la bici pesa 14 kilos. Aun no tiene nombre, pero voy a bautizarla.
Hoy fue el fin de cursos de japonés en Nagoya. Diez mexicanos regresan el sábado. Los voy a extrañar mucho, pero espero volverlos a ver. Aburamu y China, híjole, qué chido haberlos conocido. Los llevo en el corazón.
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