Hoy brilla la luna llena en Osaka. Fui a verla desde el lago con Beto, mientras hablábamos de la maravillosa experiencia que ha sido vivir en Japón.
De regreso, alcancé el final de "American Beauty", donde él habla de lo que ha sido su vida y los momentos importantes.
Hoy tuve un afortunado reencuentro. Por andar corriendo, abrí mi cangurera sin cuidado y después de mucho tiempo me di cuenta de que ya no traía mi pluma de colores, que es mi favorita. Me regresé a buscarla y a preguntar en la estación. Volví al punto de partida y cuando pensé que ya la había perdido, lo cual no dejaba de sorprenderme porque en Japón no se pierde nada- me asomé a las vías del tren y allí estaba, escondida. El señor de la estación muy amable la sacó para mí.
Me voy a dormir con Doraemon y Subarashii. Oyasuminasai!
2 comentarios:
Qué vista preciosa! Y cómo duelen a veces las cosas pequeñas, verdad? Y las grandes más!, jaja. Que disfrutes esos días que os quedan en Japón, Rodoriguesu-san, las últimas piezas de este tesoro.
gracias, guille san. carpe diem.
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